Su madre,
la isla,
Gran Canaria,
fue conquistada por España, que llegó a ella casualmente pues iba en busca de tierras lejanas. Al verla, junto a sus bellas y vírgenes hermanas sintió el deseo insaciable de poseerlas y así luchó contra la férrea resistencia de aquellas islas, hasta que sus más valientes habitantes murieron y el archipiélago cayó en poder de esa extraña extranjera, que imponía nuevas dinámicas en su piel, su territorio, transformando sus texturas, sus contornos, construyendo murallas y cambiando también la forma de vida en su interior.
En seguida tuvieron municipios, así se llama a todos los hijos de España. Las Palmas fue su primera hija canaria.
Con el tiempo, España, poseedora de incontables bienes que controlar, se distanció prudencialmente de las islas, dejándolas al buen recaudo de la dependencia económica...
Y aquí comienza la historia de "La Piel de Las Palmas"...
