29.6.09

“ FEEL THE DIFFERENCE ”


(A partir de la idea de Esther, la ciudad como piel, como tejido.)

Santiago Sosa


Ciudad, accesibilidad, oportunidad;

manifiesto de salud, de enfermedad;

Libro abierto a la caprichosa intemperie;

páginas desplegadas o plegadas al viento…

Manifiesto de piel sensible, de piel tosca,

tapando, mezclando, uniendo lo interno y lo externo

del ciudadano.


Piel dura y seca sobre carne;

de día, de noche, alumbrada;

infinitas voces, pasos y viento;

infinitos diales comprimidos en innumerables frecuencias

o saliéndose del radio del entretenimiento y la alienación…

Tejido entreverado entre la araña y el gusano


La ventana es una mirada de ida y vuelta sin respuesta,

y la puerta, el pasillo de la manada, del corral,

de la hamaca, de la casa, del hogar…

del encuentro, del desencuentro…

Un abrupto punto de partida con antenas, ADSL, fibra óptica,

pantallas iluminadoras, pan manofacturado

Cada vez más accesible pero menos reconocible,

menos tangible, menos asimilable, menos real…

Más alucinante y más alucinante.


Tripas, venas, células, moléculas, objetos;

seres y cosas con su nombre, ubicación,

composición, organización, comportamiento, apariencia…

Órganos interrelacionados, entretejidos, solitarios…

Cada uno con su historia y su desarrollo.

Manos abiertas y cerradas y sus combinaciones y consecuencias…

Proliferando, buscando un sustento, una razón de ser;

buscando un sitio, imponiendo un sitio, resignándose a un sitio,

encontrando el sitio.


¡Celebrando la construcción de la caverna

con luz y fuego inextinguibles! ¡Con manantiales inagotables!

Celebrando la seguridad, la autonomía, el poder, la distinción,

la posición, la habilidad, el dominio…

Sin depredadores, sin enemigos... o sin amigos.

Sin tribus, sin reunión, sin puesta en común, sin empatía,

sin comunicación, sin conexión con la Tierra, sin unidad…

Celebrando la conquista y la victoria sobre el medio,

sobre el miedo…

las demás criaturas, sobre todo lo que se mueve

Y la asepsia y la amnesia del medio,

de la muerte, de la vida, de nosotros mismos


Enjambre de cavernas sin contacto con el exterior,

zumbando, sin resonancia… constriñendo, aislando

la libertad, el espíritu, el cuerpo,

a la miel de la comodidad, el arrobamiento.


Otra piel, otra protección del mismo cuerpo

¿Evolución o involución?

¿Lanzadera o hacinamiento?

¿Templo de mercaderes o mercadillo rebosante de vida?


“Me llevaba mi madre de su mano, era yo un extraño,

una semilla curiosa y asustada emergiendo;

era muy distinta mi percepción y la ciudad.


Era y es una vestimenta que me acompañó,

que abriga mi alma y su vuelo sagrado


“La calle, la esquina, todo apareciendo, la playa,

la sensación del agua hasta las rodillas,

la brisa, el aroma del mar, los primos, mi tío, el coche,

el tono de luz, la noche, el viento entre paredes y aceras,

el aliento de ese todo… mi alegría absorbiendo todas esas

maravillas


Todos los flashes entrañables, evocadores, creadores

de acervo, de cultura, de sociedades, de ciudades;

todas las vivencias, las experiencias,

todas las hordas de la niñez, de la madurez, de la vejez…

Todo contó inspirando o rompiendo sueños y energía…

Todo me acompañó y me abrigó hasta aquí y ahora


Las Palmas, ciudad del mundo; sobre el istmo,

sobre dunas, playas, sobre el barranco,

sobre ancianos venerables…

¿Quién no habría querido gozar, ensoñar por ahí?

¿Quién se cree en el derecho de arrebatarnos esos espacios?

¿Qué es nuestro?


No quiere este pedazo de isla abrir sus ojos

para no llorar y quedarse ciego;

aguarda callado, en silencio, su hora,

pero sus espíritus alborotados y espantados no descansan.

Quizá el amanecer, quizá el atardecer los consuela y los calma,

pero no paramos de fagocitar, de agotar los recursos,

de olvidarnos; de vivir en la inopia, de entretenernos,

de separarnos de la realidad…

de orquestar en nuestra cabeza la soledad de nuestro sonido,

nuestra desamparada armonía


Pudiera ser un códice, una pila fresca,

pero es un refugio de ratas desorientadas y anestesiadas

contando un puñado de monedas.

Royendo el tiempo, el lujo de vivir y los tejidos de la vida

por desconocer o privársele o no querer abrir su tesoro,

su unidad interna y externa…


Pero vuelan también los ángeles y los nenúfares

de este telescopio evolucionado,

libre y condensado que emite y lanza

sus destellos a ver cuántos mundos capta,

cuántos sueños es capaz de infundir su ánimo…

Y es que siempre florecen en lo mismo,

en la sensibilidad, en el cuerpo capaz de vivir en contacto,

que establece puentes en vez de muros,

que liba flores en vez de celdas…

¿ Para qué y para quién es nuestra miel, nuestro sudor,

nuestra energía?


Cada día… cada oportunidad que amanece,

corretea Dios por las calles esperando jugar con nosotros;

nos acompaña y nos alienta en nuestras guarderías

intentando que nos hagamos mayores…

Mortales...


Santiago Sosa Déniz



21.6.09

ENTRE SOBRAS Y PAREDES CIEGAS


al fondo la Isleta

Mirar siete islas y ver un sólo pueblo... canary clonation...

- ñoss qué miedo!

- tranquila, no pasa nada, en realidad ésto ya ocurre, vas a cualquier centro comercial de cualquier isla y ves siempre el mismo pueblo, con las mismas tiendas, el mismo hilo musical, y el mismo paisanaje, que ocupa su free time dándole vida a estos nuevos símbolos del canarismo. Sin olvidarnos de sus casas adosadas clónicas, iguales en Valle Gran Rey; Puerto del Rosario, Tamaraceite,... tras unos treinta años de ardua lucha estamos ganándole el pulso a la idiosincracia natural isleña.

- ñoss qué miedo!

Y otra cosa...

¿qué pasa con las pieles de las casas?

¿tu no miras tu casa desde la calle?

y los políticos, responsables del paisaje de la ciudad, ¿no ven que estamos tapando la Isleta?